El Papa Francisco, en su mensaje anual dedicado al Domingo de Resurrección, expresó su deseo ferviente de paz y el cese de los conflictos armados en todos los países del mundo.

El Sumo Pontífice hizo una especial mención a las víctimas de los enfrentamientos en Israel, Palestina y Ucrania, rogando para que la resurrección de Cristo abra un camino hacia la reconciliación y la armonía en esas comunidades afectadas. Igualmente, hizo un llamado a respetar los principios del derecho internacional y abogó por un intercambio equitativo de prisioneros entre Rusia y Ucrania.

También, insistió en su solicitud de garantizar el ingreso de ayuda humanitaria a Gaza, haciendo un llamamiento a la liberación inmediata de los secuestrados del pasado 7 de octubre y el pronto cese de las hostilidades en esa región.

El Santo Padre también habló sobre la creciente amenaza de conflictos en Europa y el Mediterráneo, instando a no sucumbir a la lógica de la guerra y el rearme, ya que la paz se construye mediante la compasión y la apertura del corazón, no con armas.

En este contexto, hizo hincapié en la importancia de no olvidar la situación en Siria y Líbano, y destacó el progreso alcanzado en los Balcanes Occidentales hacia la integración europea como ejemplo a seguir.

Subrayó que “las diferencias étnicas, culturales y confesionales no sean causa de división, sino fuente de riqueza para toda Europa y para el mundo entero”.

El Papa también pidió promover el diálogo entre Armenia y Azerbaiyán con el respaldo de la comunidad internacional, para ayudar a las personas desplazadas, proteger los lugares sagrados de todas las religiones y lograr una paz duradera.

También, tocó el tema relacionado con los conflictos internos en Haití y Myanmar, instando a abandonar definitivamente la violencia como medio de resolución de disputas.

En su llamado a la paz, el Papa Francisco no dejó de mencionar las poblaciones desgastadas por los conflictos en Sudán, el Sahel, el Cuerno de África, la región de Kivu en la República Democrática del Congo y Cabo Delgado en Mozambique, y que Dios, ponga fin a la sequía prolongada que ha provocado escasez de alimentos y hambre en esas comunidades.

Escrito por: Vianne Antón