La neurociencia vive una etapa de revolución constante, prueba de ello son los microscopios en miniatura, herramientas que poseen un código abierto y dispuesto a todos los investigadores en el mundo.

 

La primera impresión ha causado asombro en profesionales y personas ajenas a esta área, al observar que pueden caber en la palma de la mano y su peso no excede al de una moneda grande.

 

Sin embargo, sus circuitos han permitido alcanzar un logro que durante 10 años era considerado una utopía en la neurociencia: el registro de la actividad diaria de miles de neuronas que se activan al mismo tiempo en los cerebros de ratones que pueden desplazarse libremente.

 

Los microscopios en miniatura se les denomina genéricamente miniscopios o miniscopes en inglés, debido al científico estadounidense Daniel Aharoni, tras acuñar este término en el 2016 para la denominación de los pequeños dispositivos de código abierto que por ese entonces se desarrollaban con el equipo de su laboratorio de la Universidad de California en Los Ángeles (UCLA).

 

Hasta la fecha, existen 15 grupos académicos de distintos países trabajando en la creación de sus propios modelos de miniscopios y existen versiones comerciales, pero fabricados por el grupo de Aharoni son de los más requeridos a escala internacional: se venden ya armados o bien en forma de kit para armar.

 

“Estimo que unos 700 grupos de todo el mundo construyeron o tienen uno de nuestros Miniscopes, nuestro proyecto está específicamente dirigido a construir estas herramientas de manera que todos los neurocientíficos del mundo puedan entenderlas, pagarlas, usarlas y eso es increíblemente gratificante”, añadió Aharoni en declaraciones a la agencia CyTA-Leloir, cuyas investigaciones se ubican en la intersección entre la ingeniería, las neurociencias y la física.

 

Escrito por: Emmanuel Chaparro

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