El documental El canto de las manos, dirigido por la actriz española, sigue la historia de tres integrantes del Coro de manos blancas de El Sistema mientras afrontan el reto de llevar a escena, por primera vez en lengua de señas, Fidelio de Beethoven, bajo la batuta del director de orquesta venezolano.
Las historias de vida de tres intérpretes sordos venezolanos que preparan el montaje en lengua de signos de la ópera Fidelio, de Beethoven, bajo la batuta de Gustavo Dudamel, ilustran el “poder transformador” del arte y la música en el documental El canto de las manos, el primer trabajo como directora de la actriz María Valverde.
“Para nosotros es fundamental el entender nuestras profesiones no como un trabajo, sino como una misión. El arte es una herramienta muy poderosa de transformación”, afirma Dudamel en una entrevista con EFE en Palma, en el archipiélago español de las islas Baleares (en el Mediterraneo) con motivo de la presentación de la película en el Atlàntida Mallorca Film Fest.
El director de orquesta venezolano soñaba con celebrar los 250 años del nacimiento de Beethoven, no solo por su música sino también por su sordera, que ya empezaba a padecer cuando compuso Fidelio, su única ópera.
“La idea de hacer un documental nace de una necesidad mía personal de poder llevar más allá este proceso creativo que Gustavo estaba teniendo y, sobre todo, de entender a la comunidad sorda. Era como poder llevar el proyecto a generar más conciencia y poder crear una justicia social con ellos como artistas”, explica Valverde.
Dirigir el documental ha sido un reto para ella, además de por ser su estreno detrás de las cámaras, por haber trabajado en un idioma desconocido, la lengua de signos venezolana: “Muchas veces no sabíamos lo que estaban diciendo”, reconoce.


