La princesa de Gales fue ingresada en la London Clinic, en Londres, para una operación quirúrgica programada en el abdomen
Un comunicado que fue emitido en enero por el Palacio de Kensington anunció que “la princesa de Gales fue ingresada en la London Clinic, en Londres, para una operación quirúrgica programada en el abdomen”. El palacio no proporcionó, en ese entonces, ningún otro detalle y transmitió el “deseo” de la princesa de que sus “informaciones médicas personales permanezcan privadas”. “La operación fue exitosa y se espera que permanezca en el hospital durante 10 a 14 días”. Ante las preguntas, se comunicó a los corresponsales reales británicos que no se trataba de un cáncer.
De regreso a su hogar, se publicó un segundo comunicado que decía que la princesa “está progresando bien”. En el momento de su hospitalización, el palacio había señalado que “según la opinión médica actual, es poco probable que (la princesa) retome sus funciones públicas antes de Pascua”, lo que implicaba una convalecencia de al menos dos meses y medio. Por esta razón, se tuvieron que cancelar varios eventos como la visita oficial a Italia con el príncipe Guillermo, la ceremonia de los Bafta, la celebración anual del Commonwealth, la fiesta de St David a principios de marzo y la de St Patrick a finales de marzo. La princesa, muy popular, renuncia a todos sus compromisos. Según los medios británicos, Kate, sin embargo, abandonó Windsor para pasar algunos días durante las vacaciones escolares de febrero con su esposo e hijos, George, Charlotte y Louis, en Sandringham, Norfolk (este del país), donde la pareja tiene una residencia.
En la era de las redes sociales se genera un aumento de especulaciones por el silencio sobre las razones de su operación. Incluso los tabloides, siempre muy favorables a Kate, se hacen preguntas. El 8 de febrero, en su primer compromiso público después de la operación, el príncipe Guillermo se limitó a agradecer al público su apoyo, mientras que su padre, el rey Carlos III, estaba siendo tratado de un cáncer.
El 27 de febrero, Guillermo cancela su asistencia a una ceremonia en memoria de su padrino, el rey Constantino de Grecia, en el castillo de Windsor, por “razones personales”. Ante las nuevas especulaciones, el Palacio de Kensington aseguró que la princesa “sigue gozando de buena salud” en una declaración enviada a los medios británicos. El 4 de marzo, una foto de Kate fue publicada por medios estadounidenses especializados en celebridades donde se veía, con gafas de sol, sentada en el asiento del pasajero de un vehículo conducido por su madre.
El 5 de marzo, el sitio web del ejército británico anunció que la princesa participaría en las ceremonias oficiales por el cumpleaños del rey Carlos III a principios de junio. El Palacio de Kensington, encargado de la agenda de Kate y Guillermo, no lo confirmó, y fuentes reales indicaron que el palacio no fue consultado por el Ministerio de Defensa. El 10 de marzo, para el Día de las Madres británicas, Kensington difundió una foto oficial de Kate sonriente rodeada por sus tres hijos, la primera desde su operación a mediados de enero. Pero Kate admitió que la foto fue retocada, lo que reaviva las especulaciones. El príncipe Guillermo no hizo comentarios durante dos apariciones públicas.
Escrito por: Haydmar Ocando


