Un satélite de la Agencia Espacial Europea (ESA) ha vuelto a ingresar a la atmósfera terrestre sobre el océano Pacífico norte, entre Alaska y Hawái, el miércoles por la tarde. Hasta el momento, no se han reportado daños según la agencia.

Durante todo febrero, la Oficina de Desechos Espaciales de la ESA, junto con una red de vigilancia internacional, ha estado monitoreando y rastreando el satélite de observación de la Tierra ERS-2 para hacer predicciones sobre su reentrada, que finalmente ocurrió a las 12:17 p.m. hora del este (ET) del miércoles.

A una altitud de aproximadamente 50 millas (80 kilómetros) sobre la superficie de la Tierra, el satélite se rompió debido a la resistencia atmosférica. Se espera que la mayoría de los fragmentos se quemen en la atmósfera. Aunque algunos fragmentos podrían alcanzar la superficie del planeta, la ESA asegura que no contenían sustancias nocivas y es probable que hayan caído en el océano.

La hora exacta de la reentrada no estaba clara incluso en los días previos al reingreso debido a la imprevisibilidad de la actividad solar, que puede afectar la densidad de la atmósfera terrestre y la trayectoria del satélite.

Es importante destacar que el aumento de la actividad solar ya ha acelerado la reentrada de otros satélites de la ESA en el pasado, como sucedió con el satélite Aeolus en el mes de julio del pasado año.

El satélite ERS-2 estaba compuesto por una masa estimada de 5.057 libras (2.294 kilogramos) después de agotar su combustible. Según Tim Flohrer, jefe de la Oficina de Desechos Espaciales de la ESA, el reingreso incontrolado a la atmósfera ha sido un método común para desechar objetos espaciales al final de su misión.

Escrito por: Vianne Antón