Las ranas hembras europeas fingen su muerte para evitar a los machos no deseados, así lo revela un estudio científico publicado a principio de este mes en la revista científica Royal Society Open Science.
Esta acción puede generar fallos reproductivos en ambos individuos y costarle la vida a las hembras, señala la investigación, también reseñada por El País de España.
Cuando los intereses o estrategias reproductivas entre machos y hembras difieren, pueden conducir a un conflicto sexual. Durante la corta temporada de reproducción, que dura dos semanas en primavera, la proporción de sexos suele estar sesgada con una gran mayoría de machos.
Esto hace que se congreguen muchos individuos que pelean entre sí por una hembra. Ante este panorama, “ellas terminan perdiendo, pues muchas veces mueren ahogadas por la agrupación de hasta ocho ranas que se colocan sobre ellas”, explicó a El País Iñigo Martínez-Solano, del departamento de Biodiversidad del Museo Nacional de Ciencias Naturales. A estas acumulaciones se les conoce como bolas de apareamiento.
Ahora bien, hay otras formas en que las ranas europeas se liberan de los machos. Entre las estrategias de evitación de pareja la más común fue la de rotación, donde la hembra intenta girar sobre su propio eje para escapar del agarre del macho.
La segunda es protestar. La científica Carolin Dittrich, del Instituto de Etología Konrad Lorenz de Viena, describe a esta acción como un gruñido “profundo y de baja frecuencia”, en lo que cree que es una imitación de las llamadas de liberación que producen los machos cuando pelean entre sí. Pueden emitir también un sonido de mayor frecuencia descrito como “chirrido”.
“El rechazo por parte de las hembras es cuestión de preferencias. Muchas veces eligen simplemente no aparearse con el primer macho que se agarre a ellas, sino con el que tenga el canto más grave o el que tenga un mayor tamaño”, señala el medio español.
Escrito por: Nancy Mastronardi


