El venezolano que ha emigrado al llegar al otro país sufre de un trastorno psicológico, se trata del denominado duelo migratorio, porque la persona siente una dualidad entre cómo se adapta al nuevo país y cómo maneja la melancolía de dejar a los seres queridos, aseveró la psicóloga María Isabel Parada, fundadora de Psicólogos Sin Fronteras, capítulo Venezuela.

“Pueden pasar meses y años y decir: Yo no soy de este país”, destacó la doctora, quien también indicó que lo que lleva a la emigración son los problemas económicos, las condiciones de vida de las personas.

Parada manifestó que la nostalgia siempre va a acompañar a las personas migrantes, especialmente a las personas mayores. Por otra parte, muchos ciudadanos que se van de su país idealizan la nación a la que van, y luego se encuentran con algo totalmente distinto.

Los que se quedan: ¿qué sienten?

De acuerdo con la especialista, las personas de la tercera edad que se quedaron en Venezuela y sus hijos emigraron sienten un vacío existencial, no saben qué hacer, la mayoría están jubilados, se sienten muy solos.

Parada indicó que también hay más de un millón de niños que se han quedado en el país sin sus padres, porque estos migraron. “Entonces se quedan con una tía o con los abuelos (…) Esto genera mucha tristeza, soledad”, destacó la también docente de la Universidad Central de Venezuela (UCV).

La psicólogo aseveró que hay, entonces, dos clases de adaptación, la del que se queda y la del que se va. Esas afectaciones traen efectos psicosomáticos, hay más depresión, “hay miles de personas que no conocen al nieto porque les es imposible viajar a donde están sus hijos”.

Escrito por: Nancy Mastronardi