Ha transcurrido una semana desde aquel terremoto que arrasó en la la provincia de Kahramanmaraş de Turquía, y cegó la vida de más de 40.000 personas atrapadas en los escombros.

El presidente turco Recep Tayyip Erdogan, declaró el martes 14 de febrero, tras una reunión de su gabinete en la sede de la Autoridad de Gestión de Desastres y Emergencias (AFAD), que promete continuar con las labores de rescate, en medio de bajas temperaturas que amenazan a los sobrevivientes que aguardan por ayuda.

“Seguiremos trabajando hasta sacar al último ciudadano que quede bajo los edificios derrumbados”, expresó.

Recordó que junto a su equipo de gobierno, comenzarán a evaluar los daños en edificios que aún permanecen en pie y otros que quedaron destruidos y la reconstrucción iniciará en unos meses.

“Reconstruiremos todas las casas y lugares de trabajo destruidos o inhabitables por el terremoto y los entregaremos a sus legítimos propietarios”, apuntó.

Reconoció los problemas que se generaron en medio de la respuesta inicial al sismo de magnitud 7,8, aunque asegura que la situación está bajo control actualmente.

Más de 2,2 millones de personas han abandonado las zonas más perjudicadas por el movimiento telúrico y miles de edificios han quedado inhabitables.

Escrito por: Emmanuel Chaparro