La psicóloga y experta en Desarrollo Positivo Adolescente, Mariana Ponce, desarrolló planteamientos acerca del incremento de retos virales en redes sociales, su influencia en la niñez y juventud venezolana, además de las acciones que podrían tomar los adultos, para resguardar las vidas de quienes frecuentan el uso y consumo de estos contenidos.
Explicó que los retos virales vienen cargados de grados específicos de dificultad, sin embargo han estado presentes previo a sus incursiones en el mundo digital y no poseen límite de edades.
“El problema es que los retos no tienen realmente una base de edades ni de niveles de dificultad, entonces están llegando a las manos de niños que no están preparados para lidiar con todas estas cosas o participar en este tipo de actividades y también nos encontramos con retos que no son saludables y otros que sí lo son. Lastimosamente los retos no saludables son los que están causando estragos y generando estas muertes de adolescentes y de niños, que no están preparados para entender qué es lo que está pasando en el mundo digital y es una invitación a que participen a que seas parte de una actividad peligrosa o dañina”, destacó.
Explicó que ante la diversidad de retos, el caso que tuvo mayor resonancia en los medios de comunicación, fue el de una llamada grupal, donde los participantes tenían pastillas antidepresivas y compitieron sobre quién era el primero en dormirse tras su ingesta, dejando una víctima, además de recordar uno surgido en Rusia, hace más de cinco años, denominado La Ballena Azul, que provocó una tasa elevada de suicidios en adolescentes a escala mundial.
“Hay muchos retos muy dañinos que es importante que los padres conozcan, porque muchas veces no sabemos realmente cuáles son los peligros que estamos presentándoles a nuestros hijos cuando les entregamos un celular, pensamos que es un juguete, que es algo divertido y resulta que no nos damos cuenta realmente qué es lo que estamos dando”, resaltó.
Reiteró que el cerebro de niños y adolescentes no está preparado para lidiar con la magnitud de los retos virales y asegura que al entregarle un celular a cualquier joven o infante, es equivalente a otorgar un automóvil.
“Cuando se tiene un carro, se requiere un examen para la licencia, estudiar, cumplir con una cantidad de requisitos previos antes de soltarte al mundo solo. Los celulares son esta versión de nuestra generación de un carro, se entrega este acceso al mundo sin ningún tipo de preparación, ni supervisión ni límite de edad y no nos damos cuenta que es responsabilidad tanto de los adultos que estamos alrededor de todos sus ambientes, de poderlos preparar para que entren al mundo digital y formar a los adolescentes para poder discernir entre información correcta y falsa e incorrecta, es un trabajo colaborativo”, apuntó.
Indicó que entre las herramientas que se les pueden dar a los docentes para afrontar estos desafíos actuales entre la niñez y juventud, es informar y educar a cada uno de ellos entre lo que es información saludable y lo contrario, en torno a las redes sociales.
“Muchas veces pensamos que cuando hablamos de algo que no nos gusta es dar permiso a que lo hagan y eso es totalmente lo contrario, está estudiado que mientras más información acorde a la edad y correcta tengan los adolescentes, mejores son las decisiones que van a tomar, trabajar la conexión con el grupo porque ‘yo estoy buscando pertenecer, si yo no tengo un grupo donde yo pertenezco voy a buscar y hacer lo que sea por entrar en otro’, entonces si nosotros dentro del aula creamos y fomentamos el compañerismo, la amistad y autoestima se reduce la necesidad de participar en actividades que no son saludables”, acotó.
Escrito por: Emmanuel Chaparro